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19 Los sueños que los atormentaron
habían sido una advertencia,
para que no murieran
sin saber la razón de su desgracia.

20 Pero también los justos
tuvieron que experimentar la muerte:
muchos de ellos perecieron en el desierto.
Pero tu ira no duró mucho tiempo,
21 pues Aarón, un hombre irreprochable,
se convirtió en su defensor
con las armas de su oficio sacerdotal:
la oración y el incienso con que alcanzó el perdón.
Hizo así frente a tu ira
y puso término a la calamidad,
mostrando que era en verdad tu servidor.

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